Cada leche tiene características propias que la diferencian de otras leches de mamíferos y la hacen perfectamente adecuada para la cría de su propia especie.
La leche humana ofrece al bebé el alimento ideal y completo durante los primeros 6 meses de vida y sigue siendo la óptima fuente de lácteos durante los primeros dos años, al ser complementada con otros alimentos. [UNICEF, 1995]
Características generales de la leche humana
- Es específica de la especie humana.
- Es un fluido vivo, incluso puede considerarse un “tejido” .
- Se adapta a las necesidades del lactante: nutricionales, inmunológicas, según su edad, crecimiento y desarrollo.
- Su composición, sabor y olor son variables.
- La cantidad es autorregulable.
Calostro, oro líquido
El calostro, se produce ya desde el último trimestre de embarazo. Está presente para la alimentación del recién nacido desde el nacimiento hasta los 3-4 días de vida.

Su composición está ajustada a las necesidades del recién nacido. Tanto es así, que si la madre está dando pecho a un hijo mayor durante el embarazo, su leche pasará por una etapa de calostro antes y después del nuevo nacimiento, para que el recién nacido disfrute de todas sus ventajas. [Akre 1992].
Características del calostro
- Es espeso, amarillento (ya que tiene un alto contenido en betacaroteno), con un sabor ligeramente salado (por su contenido en sodio).
- Con poco volumen, unos 2-20 ml por toma (menos de 100 ml en el primer día), ya es suficiente para satisfacer las necesidades del recién nacido, que se corresponden con el tamaño pequeño de su estómago.
- Por cada 100 ml de calostro se aportan una 67 kcal.
- En comparación con la leche madura, el calostro:
- Contiene mayor cantidad de proteínas, vitaminas liposolubles (E, A, K), carotenos y algunos minerales como sodio y zinc.
- Contiene menos cantidades de: lactosa, grasa y vitaminas hidrosolubles.
- Además de enzimas digestivos, enzimas defensivos, factores de crecimiento y otras proteínas, en el calostro hay un protagonismo especial de los anticuerpos IgA, que revisten el interior del tubo digestivo todavía inmaduro del recién nacido y le protegen de agresiones externas o infecciones.
- También aporta glóbulos blancos (leucocitos) como defensas.
- Otra forma de defensa son las bacterias Lactobacillus propias de la flora láctea de la madre, que contribuyen a poblar la flora intestinal del recién nacido para prevenir infecciones y enfermedades digestivas.
Fuente imagen: pragmaticchaos